Un símbolo marinero que marca el tiempo y la historia
Entre callejuelas empedradas y balcones con buganvillas, se alza en pleno corazón de Luanco uno de los monumentos más singulares del litoral asturiano: la Torre del Reloj. Sencilla, elegante y cargada de historia, esta torre no solo da la hora: ha sido la voz del pueblo durante más de tres siglos.
⏳ Un poco de historia
Construida en 1705, la Torre del Reloj fue diseñada para avisar a los marineros de mareas, incendios o temporales. Mucho antes de los móviles, su campana marcaba el ritmo de la vida costera: el trabajo, la misa, la llegada de un barco...
El reloj mecánico que aún hoy se puede ver fue instalado en el siglo XIX, y durante décadas se daba cuerda a mano, tarea reservada al tradicional relojero del concejo.
🧱 ¿Qué la hace especial?
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Es civil, no religiosa: A diferencia de otras torres de campana, no pertenece a una iglesia. Fue construida por y para el pueblo.
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Campana con propósito: No solo marcaba la hora, también servía de alarma para emergencias.
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Piedra local y arquitectura sobria: Hecha con caliza de la zona, su estilo sencillo encaja con el carácter marinero de Luanco.
📍 ¿Dónde está?
La encontrarás fácilmente en la calle Riba, a pocos pasos del puerto, rodeada de casas tradicionales y sidrerías. Su silueta es una de las imágenes más fotografiadas de Luanco, especialmente al atardecer.
🔔 ¿Sabías que...?
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En el siglo XIX, cuando sonaban campanadas inusuales, los vecinos sabían que había un naufragio o un incendio.
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Su reloj marcaba la “hora oficial” de la villa. Todo giraba en torno a él: los comercios, la misa, el mercado...
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La plaza frente a la torre fue durante décadas el punto de encuentro de la juventud luanquina.
📸 Ideal para tu ruta
La Torre del Reloj forma parte del itinerario histórico de Luanco. Si visitas el Museo Marítimo de Asturias, la Iglesia de Santa María o paseas por el puerto, no dejes de acercarte y mirar hacia arriba. Cada hora, su campana sigue recordando que estás en una villa que respira mar e historia.
🛎️ Visítala, escúchala, siéntela
Aunque no se puede acceder al interior, la Torre del Reloj sigue viva. Su campana suena cada hora, y su presencia serena forma parte del alma de Luanco. Si te gusta la historia, la fotografía o simplemente disfrutar de los rincones con carácter, este lugar te encantará.
📌 Consejo local:
Aprovecha tu visita a la Torre para perderte por las calles del casco antiguo y tomarte un café en alguna terraza cercana. Y si puedes, quédate hasta que suene el reloj.